Sobre el contenido de este blog

*todas las ilustraciones han sido editadas a partir de fotos halladas en la red.

*la historia es propiedad de la autora del blog y no puede ser reproducida



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jueves, 25 de agosto de 2011

Capítulo 42: Buceando en el mar de inquietudes y recuerdos


La turbación ante la certeza casi absoluta de saberse perseguida y observada por aquel que fuera enemigo implacable -a la vez que amor imposible suspendido entre los humos del tiempo- ha hecho que últimamente se permita dejarse llevar por ciertos pensamientos  sensibleros propios de una adolescente insegura y desconcertada.


Su experiencia centenaria de indubitable guerrera justiciera por momentos parece pasar a segundo plano, tras el velo de esa inquietud que la perturba. La fiel compañía de sus felinos no alcanza a aquietar sus dudas en esos momentos de vulnerabilidad sentimental que intenta acallar –como puede- a fuerza de negar lo que ya parece ser un hecho. 


Hundida en medio de ese mar de preguntas estaba cuando –de improviso- recuerda que recientemente la vida le ha dado la fortuna de contar con alguien especial a quien recurrir en momentos como esos.


No sólo por sabia, sino, fundamentalmente por amiga,  aquella compañera sustancial con la que se ha reencontrado en estos tiempos se muestra ante sí cómo cálida consejera en quien confiar y con quien intentar dilucidar sus contradicciones.


Venciendo el pudor inicial que frena en un primer momento la apertura de su corazón desacostumbrado a confidencias y dudas, Lady se entrega sin reservas a la inusitada faena de compartir secretos, rememorar sentimientos y desvelar fragilidades. Intenta ser lo más sincera posible, mostrando sin reservas lo que teme, lo que duda, lo que quisiera, lo que ha sentido… saberse escuchada y acompañada en ese trance impensado por tantos siglos ayuda a reverdecer esa parte de su ser que creía dormido y descartado para siempre.



Como experta hechicera adiestrada en bucear en el alma humana, la otrora joven amiga –hoy ya encanecida y arrugada por el paso de los siglos- se dedica, mediante sus artilugios mágicos a ir componiendo claramente las piezas del rompecabezas de los recuerdos de Lady.



Algunos, muy sumergidos en su inconsciente, permanecen velados a su propia razón y es por eso que la anciana se dedica desde el inicio, con ahínco y persistencia a recuperar del olvido todos los pasajes de la vida de la guerrera relacionados, de una u otra manera con el susodicho demonio, que-sin duda ya- ha decidido reaparecer en su vida con algún extraño propósito que ambas amigas intentan dilucidar…

domingo, 21 de agosto de 2011

Capitulo 41: Con delicada persistencia


A partir de la confirmación de lo que comenzara siendo apenas un recuerdo que intentaba ser reavivado, Lady ha ido sintiendo en aumento un persistente cosquilleo que asciende desde la boca de su estómago y se corona en una indefinida ansiedad que no logra controlar.


Agudizando al máximo su desarrollado sentido de alerta, la dama justiciera se desplaza con más sigilo aún del que normalmente acostumbra. Tanto de día como de noche sus movimientos son ahora mucho más cautos de lo venían siendo, desplegando a su paso un cuidadoso operativo de reconocimiento antes de dedicarse de lleno a sus actividades justicieras.


Su instinto de guerrera centenaria, consumada en peligros y batallas, se confunde con la inquietud que podría sentir una inexperta jovencita ante la eventualidad de un encuentro amoroso…y esa ambigüedad la trastorna… la preocupa y la descoloca.


Saberse vulnerable le irrita, más aún cuando desconoce la naturaleza real de las intenciones que pueda llegar a tener quien fuera, en principio, imbatible enemigo y al final, amante de una noche.


El ejército de felinos que suele actuar en su favor como apoyatura y compañía, ha concentrado su vigilancia en los alrededores de su guarida y la acompaña, en mayor número que el habitual,  cuando se moviliza en sus aventuras noctámbulas.


Esta incertidumbre que la envuelve logra desconcentrarla, por momentos, de las que deberían ser sus únicas preocupaciones y pese a la intención de no salirse del esquema previamente  trazado para cada una de sus incursiones, en varias ocasiones se ha encontrado distraída, oteando en el horizonte de oscuridad, intentando vislumbrar aquella silueta conocida que en más de una noche de insomnio la acompañó, desde el recuerdo, entre el desvelo de sus sábanas.


Casi al alba, luego de cumplir con la cuota de justicia y reivindicación que su juramento de honor le obliga a contemplar, retorna, como siempre, a su refugio. Con elegante y gatuno andar, en medio de la penumbra de la noche que muere, Lady no deja de pensar en que quizás, desde lejos y sin que se le advierta, alguien la contempla en su regreso, aguardando…


y esa situación de indefinida espera no hace más que aumentar la inquietud que –sin que pueda remediarlo- la invade y acaricia por dentro con delicada persistencia.

viernes, 19 de agosto de 2011

Capitulo 40: Parece ser que los demonios –como los elefantes- jamás olvidan


Tanto por los testimonios recopilados en los anales más remotos de la ciencia y los tratados ocultistas, como así también por la experiencia fáctica, ha quedado comprobado que en el ámbito de los demonios, tanto los resentimientos, los caprichos, las pasiones y los enamoramientos…jamás se olvidan.

Más de una experiencia vivida en otras épocas por Lady en relación a estos seres del inframundo así lo atestiguan…y lo viene ahora a confirmar el hecho que le sugieren las persistentes rosas blancas a medio marchitar que –con cada vez más frecuencia- está encontrando a su paso.



Primeramente fue un solitario ramo de ellas, ceñido con primorosa cinta azul -al modo del que recibiera hace ya varios siglos- hallado una noche fría de luna llena, cuando retornaba a su casa luego de exhausta velada poniendo en jaque a bravucones y delincuentes. 



Fue grande su sorpresa y su emoción - lo reconoce- al encontrarlas esa noche cerca de la entrada de su refugio en los suburbios. El hallazgo la retrotrajo a otra época en que pasión y batallas mezcladas exaltaban diversos efluvios sumamente inquietantes para su alma de fémina.



Disimulando –adrede- el incidente del ramo como mera casualidad, su mente y corazón buscaron cualquier excusa para aquietar los fervorosos latidos que inmediatamente nacieron en su pecho recordando aquellos subyugantes ojos demoníacos que supieron escarbar en sus debilidades no extintas.


Pero no es lógico que una aislada casualidad se reitere una y otra vez…como ha acontecido en esos últimos días con varios otros ramos de rosas –idénticos- encontrados aquí y allá, a su paso y sin que nada alrededor haga evidente a quien resulte ser el autor de tales hechos.


A estas alturas ya no le quedan dudas que aquel  a quien nunca pudo –como enemigo-vencer en sus batallas -y que en otro campo, también ha dejado sus huellas- ha retornado al fin, de donde haya estado…y la ha ubicado, después de tantos siglos, y se complace en hacerle sentir su presencia sin mostrarse, para inquietarla…y lo ha logrado…para bien o para mal, la ha perturbado íntimamente…y es que ya ha comprendido que pronto se producirá el postergado encuentro…

sábado, 13 de agosto de 2011

Capítulo 39: El filo de la justicia


Se ha especulado mucho sobre la afición innegable de Lady hacia las armas blancas, principalmente hacia las espadas. Por lo menos en los últimos tiempos ella ha preferido actuar aplicando sus correctivos muñida de afiladas y ágiles hojas de acero que no se constituyen en algo usual en el entorno en el que se mueve.



Como ha quedado evidenciado a lo largo de sus múltiples incursiones justicieras, recopilando datos y analizando científicamente los rastros de sus improntas y las características en las heridas de sus víctimas, los expertos han llegado a concluir que no emplea la misma en todas sus intervenciones. 
Ha quedado constatada la utilización por su parte de varias decenas de espadas diferentes, todas igualmente mortales y efectivas en sus manos, pero de distinto porte, peso, forma de hoja y características morfológicas.


Además, entre las muy pocas imágenes que sus fanáticos y paparazzi han logrado captar de ella mientras incansablemente la persiguen en medio de la oscuridad de la noche, como así también por las descripciones que han logrado dar algunos pocos testigos privilegiados –generalmente rescatados de las garras de la delincuencia y de sus maltratadores- se ha podido corroborar visualmente que las armas que viene utilizando durante sus intervenciones no siempre son las mismas.



Las hay más cortas, más sencillas, de mayor porte, más ornamentadas, más impactantes, de hoja más delgada o más curva. Es evidente que según sea la ocasión, la conveniencia  o el humor, ella suele optar por diferente compañera a la hora de salir al encuentro de sus despreciables enemigos.

Hay hasta quien especula que por algún extraño ritual de mágico contenido no puede reiterar el uso de la misma arma con frecuencia, que se debe alternar el contacto de las espadas frente a la sangre enemiga.




Otros, pretendiendo ser entendidos en las artes de guerra de la antigua escuela, entienden que dicha actitud de variar el arma en las sucesivas batallas no es algo propio de los más famosos guerreros. Más aún, sostienen que en otros tiempos, cada quien hacía de su arma una parte esencial e irreemplazable a la hora de la lucha y que existían fuertes temores, cábalas y malos augurios ante la sola idea de tener que cambiar de arma al enfrentar al contendiente. Hasta se sospecha que existía un vínculo especial entre guerrero y espada surgido de algo parecido al afecto que iba creciendo a medida que se sucedían las distintas batallas. Pero no parecería ser así en el caso de Lady. Por lo menos no lo es en la actualidad.


Quizás nunca sepamos con exactitud cuál es el motivo que guía a la dama felina en esas elecciones. Tal vez ese secreto permanezca por siempre ajeno a la impertinente curiosidad de los científicos.


Cabe suponer que habrá fuertes justificaciones emotivas, técnicas o de practicidad efectiva que escapen hasta al más experto ojo inquisidor, siendo lógico suponer que entre los motivos más vitales para su cuidadosa selección habrá entre las circunstancias sopesadas algunas que no puedan ser medidas con la simple intervención de la ciencia y el raciocinio, quedando por siempre sumergidas entre las nieblas de lo que se no se nos es dado conocer.



En todo caso, la efectividad del accionar de la susodicha no se ha visto nunca alterada por la calidad del arma que elige en cada oportunidad por lo que quizás resulta ser más determinante la fuerza de su espíritu justiciero y combativo que las características del filo que eventualmente utilice.

viernes, 12 de agosto de 2011

Capítulo 38: Especulaciones y leyendas urbanas


Como es de suponer, el anonimato en el que Lady ha pretendido desenvolverse entre las sombras de los suburbios ha comenzado a disiparse en los últimos tiempos. 


Los cada vez más frecuentes ajusticiamientos que viene realizado en el corazón del submundo del crimen y de la delincuencia, están dando paso a una gran variedad de leyendas urbanas sobre su naturaleza y existencia: hay quienes afirman que se trata de un demonio sádico sin principios al que sólo le complace dejarse llevar por su perversión innata; otros más observadores, infieren que el rastro de violencia que queda a su paso no es gratuito -sino que es merecido castigo a quien hace del mal su modo de vida- aunque coincidan en adjudicarle origen demoníaco.





Son numerosos los que sospechan que se trata de un ser extraterrestre, cuya sorprendente facilidad para llegar y marcharse de improviso se basa en algún avanzado artilugio tecnológico que escapa a nuestra comprensión y entendimiento.


No faltan tampoco los que hayan intentado el giro místico a la hora de las interpretaciones y vean en ella a una  especie de divinidad o mensajera celestial a quien se debiera rendir culto o pleitesía.

Con estos, ella no ha tenido la mínima contemplación, e inmediatamente –ante los primeros atisbos de pretender utilizarla como fetiche de sus devociones- ella ha salido a desalentar sus desvaríos y ha puesto con determinación rápido final a sus fantochadas.


No ha llegado hasta aquí –sorteando impensadas pruebas de superación y sacrificio- para permitir que a su costa surjan farsas devocionales con las que se exprima a algún puñado de incautos que se dejen manipular. Se sabe humana –involuntariamente inmortal, es cierto- avanzada en sabiduría y experiencia sobre el resto de los mortales, pero se asume en plano de igualdad entre sus congéneres y no habrá nada que en ese aspecto la haga claudicar.



Ella ha comprobado a lo largo de los siglos que en nombre de distintos dioses y creencias se han levantado unos contra otros pueblos y hermanos que bien pudieran haber cohabitado en armonía, de no haberse interpuesto entre ellos la intolerancia religiosa y el fanatismo oscurantista.



Sabe con exactitud cómo hay quienes saben explotar en su favor la ignorancia y la credulidad de sus acólitos, por más sincera que sea la fe que entre ellos surja ante lo inexplicable.



No está en ella cuestionar el trasfondo de sus interpretaciones místicas. No lo pretende ni le corresponde, pero sí se reconoce el derecho de intervenir ante la malintencionada manipulación por parte de esos advenedizos que abusan de la confianza de quienes dicen proteger y guiar.


Esos farsantes, al fin de cuentas, estafadores que usufructúan hasta con lo más sagrado, no merecen -según ella- más que desprecio, intransigencia y hasta algo de su propia medicina.

viernes, 5 de agosto de 2011

Capitulo 37: De glorias vanas.



Ante la majestuosidad de la Naturaleza, Lady logró comprender desde sus comienzos que en cada rincón del planeta que habitamos una nueva maravilla se asoma esperando ser descubierta y que aún lo más complicado que logra desentrañar de ella el intelecto de los hombres, es nada frente a la magnitud del Universo.

Ya sea en lo grande o en lo pequeño el cosmos se replica una y otra vez en sus leyes y principios y hasta el organismo más diminuto se halla interactuando con justeza dentro de ese delicado equilibrio y el ser humano resulta ser dentro de ello, tan solo una minúscula pieza más dentro de tamaña magnificencia.



Ella supo, desde siempre,  ser prudente en sus aspiraciones y modesta en cuanto a arrogarse poderes en los que bien podría haberse proyectado.  Pero nunca lo hizo. No se dejó engañar por  la gloria aparente en que quisieron montarla algunos aduladores ni se creyó imbatible o extraordinaria aún comandando los más poderosos ejércitos.




La experiencia que le da su extensa trayectoria le ha demostrado con sobrados ejemplos que hasta el más afamado y victorioso de los reyes humanos alguna vez se ha llegado a sentir pequeño frente a la imponente presencia de lo inabarcable, aunque la arrogancia de la humanidad sea capaz de crear la ilusión de poder sin límites y fuerza incontrastable y tras ese velo, más de un imbécil dictador haya pretendido con sus victorias emular a los dioses.




No pocas veces le ha tocado estar presente en esos momentos en que algún invencible comandante cayera con estrépito del trono de su efímera gloria o en que algún pretendido iluminado viera apagarse para siempre los fuegos de su divinidad.


Nunca los finales son –al menos en esos casos- ni ejemplares ni dignos. Más bien resultan ser la patética culminación de simulacros levantados en torno a la vanidad de los hombres que buscan endiosarse en sus ensalzadas hazañas cuando en realidad intentan tristemente disimular su pequeñez e inferioridad.

viernes, 29 de julio de 2011

Capitulo 36: Frente al espejo de la incertidumbre


A lo largo de los siglos, sumergida por propia voluntad en la descomunal empresa de combatir el mal y proteger al desamparado, más de una vez Lady se replanteó seriamente su asumido papel de vengadora y justiciera.

Pese a sus continuos y determinados esfuerzos por ponerse al frente de tantas causas justas que merecen ser reivindicadas, ella sigue comprobando –no sin desazón- lo insuficientes que son todos los combates que viene llevando adelante en contra del mal, que desde siempre, encuentra campo fértil en el alma de millares de desquiciados que logran arribar al poder de las sociedades humanas para conducir a sus séquitos hacia la violencia y la destrucción, sin que medie siquiera un rebuscado argumento racional que les de legitimidad.



Sabiéndose sola e inmortal frente a un mundo que no parece aprender de sus errores, ella llega a sentir una profunda angustia existencial y se suele preguntar si vale la pena aún seguir insistiendo en esa titánica empresa de ir abriendo camino para que la humanidad pueda construir un mundo más justo y equitativo.



Habiendo tenido que soportar una y otra vez la pérdida de sus afectos más íntimos y sabiendo que se abre ante sí una camino eterno de soledad y persistencia, en no pocas ocasiones ha sentido insustancial su pretendido aporte y vanas sus constantes batallas.


En más de una oportunidad ha sentido renacer dentro de sí debilidades que creía para siempre dominadas y al verse en el espejo no ha podido dejar de sentir una marcada incertidumbre en cuanto al sentido mismo de su existencia. Luchar contra la peor cara de la naturaleza humana sin que hasta el momento haya logrado marcar una diferencia en los valores de las sucesivas generaciones, la hace sentir algunas veces impotente y vacía. Incomprendida y cansada. Hasta alguna vez ha pensado seriamente en claudicar…



Con la sola compañía incondicional de sus felinos a veces siente que la humanidad no tiene futuro, que no tienen sentido sus insuficientes intentos de hacer justicia. Pretender trastocar la mezquindad humana en algo más cercano al entendimiento se le plantea en esas ocasiones como una tarea imposible y frustrante. Se le antoja como intentar detener un tren que corre cada vez más rápido.

A veces se sumerge en un profundo pozo de silencio sin siquiera ocuparse por encontrar la salida. Pero, por fortuna, quizás por su propia naturaleza cambiante de mujer y por la excepcionalidad de su fortaleza, siempre logra reencontrar nuevamente el sentido en su camino.



Siempre alcanza  a reubicarse en el rol en el que ha sido colocada por el destino y consigue –pese a todo- renovarse cuando se topa frente a la posibilidad de acompañar una sonrisa sincera, una mano solidaria o algún sueño compartido.

martes, 26 de julio de 2011

Capitulo 35: Entre la sabiduría y la locura


De magos, alquimistas, adivinos y hechiceros, la dama felina puede hablar largo y tendido según sus numerosas experiencias. Sobre la búsqueda de piedras filosofales, fuentes de juvencia y mágicos elixires, ella podría escribir varios libros.



Y no sólo las que ha tenido en sus primeros años, cuando la búsqueda de los secretos universales ocupaba la atención de gran número de aprendices de magia y hechicería que hurgaban entre las sombras intentando vencer las barreras de la mortalidad y los confines  existenciales.



Aún hoy cuenta con la fiel amistad de una aventajada entendida en artes ocultas que se ocupó de acercarse hasta ella luego de perder su pista a lo largo de los siglos.


Desde siempre ella se codeó con grandes maestros que la iniciaron en aquellos conocimientos reservados sólo a las más mentes más clarificadas. Intrincadas disciplinas que buscaban ahondar en la sabiduría ancestral, comprendiendo las leyes que rigen el universo y determinan el ritmo hasta nuestras propias pulsaciones.



Si bien logró asimilar todas las  enseñanzas trascendentales que le transmitieron los más lúcidos entendidos, no pretendió continuar investigando por su cuenta semejantes asuntos. Su gran esfuerzo fue puesto en dominar con solvencia el arte guerrero, para luego sí extender su aprendizaje hacia el perfeccionamiento espiritual.



Pero continuó siendo testigo, a lo largo de los siglos, de las fervientes búsquedas sustanciales en las que magos y alquimistas se sumían aún a riesgo de verse devorados por las fuerzas inconmensurables que intentaban dominar.


   
Lady supo ver cuán delgado suele ser el límite entre la inclaudicable vocación por saber, las ansias enfermizas de poder y la locura llana. Y han sido muchos los vanidosos aspirantes a hechiceros que ha visto sucumbir ante la incomprensible magnitud de lo que pretendían enfrentar.

No todos los espíritus logran mantenerse en sus cabales ante las puertas del Conocimiento Universal y debido a su ansiedad y su imprudencia pretenden enfrentarse de súbito a semejante sabiduría sin estar adecuadamente preparados. Craso error.


La muerte segura o la demencia fue lo que encontraron invariablemente aquellos que pretendieron no respetar las pautas descubiertas por los antiguos y aún en los siglos postreros–cercanos ya a nuestros días- no han sido pocos los desquiciados que de igual forma procuraron dominar las fuentes ocultas del Conocimiento para su propio interés y beneficio.



Más tarde o más temprano, todos han culminado compartiendo el mismo destino de muerte, locura y perdición.



Lady, habiendo traspasado sin proponérselo las barreras que otros han ansiado derribar desde tiempos inmemoriales, sabe con la certeza que da la propia experiencia, que la magia más valiosa y trascendente a la que podemos aspirar proviene del mismo interior donde anidan nuestras fortalezas…



…esas que están dispuestas a surgir luego de mucho trabajarlas, con voluntad y constancia, después que comprendemos que somos parte sustancial del universo y estamos -íntima e irremediablemente- unidos a él.