Sobre el contenido de este blog

*todas las ilustraciones han sido editadas a partir de fotos halladas en la red.

*la historia es propiedad de la autora del blog y no puede ser reproducida



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martes, 28 de junio de 2011

Capítulo 27: De la fuerza de las convicciones


Por haberla padecido muy de cerca  durante muchas etapas de su vida, Lady sabe, quizás mejor que nadie, lo pesada que puede resultar una actitud negativa y pesimista ante la posibilidad cierta de nuevos proyectos.


Quizás no haya nada más desalentador que ver tambalear un sueño -aún antes de comenzarlo- por mala disposición de quienes, lejos de alimentar el entusiasmo que debería generar una nueva propuesta, frenan cualquier iniciativa novedosa anteponiendo desde el inicio un sinfín de peros e imposibles.


Estas actitudes pesimistas, destinadas a impedir cualquier alternativa que intente –apenas- apartarse del camino de los planteamientos tradicionales, ya sean malintencionadas o inconscientes y espontáneas, son tan poderosas que pueden lograr desmantelar el más virtuoso de los proyectos.



La mala disposición llega a ser, al igual que la desconfianza en las propias capacidades, un enemigo poderoso que una guerrera como ella debe saber combatir con el mismo empeño y decisión que requiere enfrentar a un temible monstruo.


El instrumento principal del que se dispone para enfrentar estos peligros es el del raciocinio. Los atinados  y lúcidos razonamientos de ciertas voces privilegiadas han logrado derribar los argumentos retrógrados y arcaicos de grandes manipuladores, oscuros personajes confabuladores que se han aferrado al poder gracias a mantener viva la ignorancia de la gente.



La fuerza de la palabra, de la verdad y la razón ha demostrado tener, a la largo de la Historia, una preclara presencia entre las filas de los justos. Pero, no ha sido menos necesaria la convocatoria de otras fuerzas –sobre todo las que surgen de la unión y el coraje-  en el camino que las causas justas han ido recorriendo.



A pesar de ello, aún contando con la fortaleza de las convicciones, Lady sabe que a veces, la vulnerabilidad humana requiere de otros refuerzos, otros elementos extra que alimenten en los combatientes la confianza imprescindible para arriesgarse a reclamar lo propio, defender derechos o encarar nuevos rumbos.



Algunos, los encuentran en la fe, la magia o los ideales izados como bandera. Otros, quizás los más afortunados, cuentan con la tranquilidad que les da el saber que entre sus propias filas hay alguien tan especial como ella dispuesta a colaborar con sus batallas.

domingo, 26 de junio de 2011

Capítulo 26: Entre los límites de la defensa y la agresión


Dentro de las miserias humanas que más angustian a todo el que defiende la vida como bien primordial -sea cual fuera el origen filosófico de sus creencias-  sin duda la guerra estará entre las más atroces e inaceptables acciones que el hombre viene desplegando como estrategia de autodestrucción a lo largo de la Historia.


Serán muchos los que crean que alguien como Lady, formada y asumida como guerrera desde épocas inmemoriales, defenderá precisamente esta faceta de sus antiguos congéneres como característica natural, respetable e incuestionable, incluso elevándola a la categoría de arte, según consta en innumerables tratados antiquísimos y variadas réplicas contemporáneas. Nada más falaz.


Ella conoce en detalle las terribles e injustificables consecuencias que implican las guerras y precisamente, por haber protagonizado, padecido y sobrevivido a tantas contiendas a lo largo de su centenaria vida, se reconoce con la sobrada autoridad como para dictaminar la absoluta y aberrante irracionalidad que implica un conflicto armado, más aún con las dimensiones masivas e indiscriminadas que han ido desarrollándose en las guerras modernas.


Si bien es cierto que no se asume como pacifista –no duda en recurrir a la fuerza cuando la injusticia azota a los más débiles y los resortes de la legalidad no actúan para responder en consecuencia- ella reconoce que el camino de la violencia aplicada a la resolución de conflictos se constituye en una trampa sin salida, que nunca sirve para arribar a la justicia y sólo es excusa para generar más enfrentamientos.

La dificultad para discernir los límites entre la legítima defensa y la violencia arbitraria depende de elaborados  conceptos morales y el hecho de que, por la conjunción de fuerzas cósmicas que escapan al entendimiento humano, Lady haya logrado atravesar por sí misma las barreras de la mortalidad, implica que es la misma Fuerza Primordial y Trascendente –la Justicia en su más alta concepción-  la que respalda su ecuánime discernimiento.


Aunque ella no niega que esa dualidad de conceptos y actitudes ante la violencia, haya sido motivo de grandes contradicciones y conflictos éticos que debió enfrentar en su largo aprendizaje, camino que, por supuesto, no da como culminado y deja abierto para seguir transitándolo en su constante evolución.

viernes, 24 de junio de 2011

Capítulo 25: De la inmortalidad, los designios y sus contradicciones


En el transcurso de su prolongada existencia, Lady ha logrado reunir entre sus más preciadas posesiones, una maravillosa colección de amuletos, reliquias invaluables, talismanes antiquísimos, delicadas estatuillas, anillos y cetros depositarios de extraordinarios poderes. Todos ellos recibidos como obsequios, pruebas de agradecimiento por alguna ayuda recibida o símbolos de auténtica amistad otorgados por seres muy especiales  que ha tenido oportunidad de conocer a lo largo de las distintas etapas de su vida.



La mayoría de estos  objetos encantados nunca han sido por ella utilizados, ni sabe, en verdad, si son reales –o lo han sido alguna vez, al menos- las excepcionales dotes mágicas que en su momento le aseguraran que esas piezas poseían. En todo caso, ella jamás quiso ponerlos a prueba y sólo pretende conservarlas en estado latente, como testigos tangibles de un pasado poblado de épicas hazañas, poderosos sortilegios y legendarias aventuras.


 A esa colección ha agregado recientemente el mágico fluido que le obsequiara, como prueba de afecto, su antigua condiscípula, hoy envuelta en los achaques de la natural vejez que decidió aceptar a cambio de retornar a su antiguo estadio de mortalidad –del que, en otro tiempo, la pobre buscara incansablemente escapar-


Es en el poder de este elixir en el que Lady sí ha decidido confiar. Quizás como último e impensado recurso para poner fin –eventualmente y cuando su angustia le cercene ya las ganas de vivir- a esa cárcel de eternidad en la que el destino –sin que ella lo buscara- decidiera colocarla.


Saber que tiene allí, a su disposición, la poción que puede efectivamente sacarla de lo que cada vez se está convirtiendo en mayor suplicio, la reconforta de una manera dulce, aunque, a fuerza de ser honestos, la idea de asimilarla a un veneno al que recurrir cuando el fantasma del suicidio se haga presente no deja de rondarle en la conciencia.


Renunciar a la vida o apostar a todo lo que implique su negación, siempre ha sido para ella el peor de los pecados; hacerlo a esa altura de su compromiso, sería claudicar en sus principios,  destruir su emblema de lucha, su más sólida creencia.



Si las fuerzas conjugadas del Universo han determinado el hecho de que ella debiera estar allí, en ese puesto especial sobre todos los vivientes, alerta y dispuesta para cuando la necesiten, para defender la justicia y la vida, no sería noble de su parte renunciar al papel para el que ha sido conminada.


 La presencia de lo Absoluto, de los designios divinos y los influjos de la magia y los conocimientos ocultos ha estado siempre presente en su destino y han sido esos designios los que han hecho de ella alguien sin igual, tan poderosa e incorruptible como quizás nadie antes, pero, pese al grado de evolución alcanzada y la inmortalidad a la que ha arribado por mérito propio, muy en su interior - ella bien lo sabe- sigue siendo mujer. Humana.


Y  por lo tanto, tan compleja, sensible y sumamente contradictoria como su naturaleza aún lo determina

miércoles, 22 de junio de 2011

Capítulo 24: De demonios y certezas

Alguna vez alguien le explicó a Lady que existen jerarquías dentro de los demonios. Parece ser que no son iguales las características de todos los seres maléficos que pueblan los antros infernales, y es que la diversidad no resulta ser patrimonio exclusivo de las personalidades humanas.




Todo ser individual es una entidad bien diferenciada dentro del resto los vivientes y si bien pueden reconocerse generalidades que son propias de toda especie, jamás dos individuos resultan ser idénticos ni son estrictamente iguales sus reacciones, aspiraciones  y comportamientos.



Es por eso que, si bien cabe a veces referirse a “los demonios” como categoría genérica, es atinado tener en cuenta que no todos son iguales ni lo son sus fortalezas ni sus expectativas. Parece ser que hay entre ellos quienes no aceptan con sumisión su monocorde destino eterno de manifestación energética negativa, por lo que intentan fluir y conectarse mucho más allá de su plano cósmico, trascendiendo en ocasiones hasta nuestra propia realidad buscando aquí lo que en su propia dimensión no consiguen más que vislumbrar. El hecho de que sean criaturas inmortales no implica que su evolución haya culminado.



Parece ser que de las huestes que alguna vez han arribado hasta nuestro mundo atravesado las barreras de las dimensiones demoníacas, no todos han dedicado su estancia a sembrar el mal y la oscuridad por mero placer o divertimento.




Están los que han llegado hasta nosotros en busca de su propio crecimiento individual, intentando en su cercanía a nuestras propias debilidades y fortalezas hallar los incentivos para su propia superación trascendental.



Por nuestra naturaleza espiritual compleja, los humanos somos portadores de los gérmenes primordiales indispensables tanto en la evolución de ángeles como demonios, por lo que no es raro cruzarnos en nuestra vida con alguna de esas manifestaciones sobrehumanas.



Puede que algunos de ellos se interpongan en nuestro camino para jugar a tentarnos, advertirnos o ponernos a prueba. Otros, en cambio, a veces se acercan a nuestro entorno buscando la clave para su propia subsistencia evolutiva.




Lady ha llegado a pensar que aquel demonio implacable y fatalmente atractivo al que nunca logró vencer -y que luego atravesó su alma vulnerable de mujer- ha sido uno de ellos. Quizás lo trascendental que él estaba buscando lo encontró, en definitiva, junto a ella, aquella noche fría de luna llena.




Le gusta pensar que fue así…o quizás solamente haya sido una herida que aquel demonio cruel decidiera dejarle para siempre latiendo en su corazón, en venganza por no haber podido hacerla sucumbir como guerrera.



Es muy probable que ella nunca logre saberlo con certeza…

lunes, 20 de junio de 2011

Capítulo 23: Íntimamente mujer


Asiendo con igual intensidad tanto flores como recuerdos, en su refugio apartado, poblado de antiguas voces y aliados gatunos, ella intenta sostenerse aún, flotando etérea entre los cielos de ese otro tiempo que ha logrado revivir con la más dulce de las nostalgias.


 ¡Con qué poco esfuerzo las brumas del tiempo se han disipado ante la evocación de aquel amor imposible!


La fortaleza de la guerrera se dispone a retroceder ante la evocación pausada de quien dejó profunda huella en su identidad y su memoria.


 De aquellas pupilas claras en las que el enemigo solía mostrarse, por una vez, apenas bajar ambos la guardia bajo el encanto lunar, un embrujo especial hizo surgir la contenida pasión que traspasó recelos y logró derrumbar pudores.



Dos antiguos enemigos lograron por una vez mirarse con nuevos ojos y otra fue la realidad que presintieron detrás del odiado rival que, por esa única noche, llegó a ser amante inconfesable.


Esas rosas deshojadas que el capricho del azar quiso dejar a su puerta, lograron trasladar hasta su solitario presente gran parte de la tibieza que alguna vez probara y que jamás olvidaría.


 Celebra por ello. Sonríe en silencio. Se reconoce íntimamente mujer y al instante, cada fibra de su ser vibra en sintonía con el Universo.

viernes, 17 de junio de 2011

Capítulo 22: Como rosas marchitas



Al retornar, ya a la madrugada, luego de sus usuales incursiones justicieras, Lady suele experimental una lánguida melancolía que la envuelve como si avanzara entre nubes.

Quizás la calma que prosigue a la lógica excitación que le provocan sus batallas llega últimamente a distenderla a tal grado que algo parecido al cansancio o a la resignación se apodera de su espíritu centenario mientras sus pasos –algo cansinos- quiebran la soledad de las calles que ya despiertan de su letargo.



Es en esos momentos que su mente se aleja con facilidad de su cuerpo y retorna, rememorando sumisa, algunos pasajes de su casi olvidada historia emotiva. Breves destellos que marcaron su destino y su corazón resurgen de improviso ante el incentivo impensado de algún aroma, algún sonido, algún hecho de apariencia intrascendente que logra motivarla, reapareciendo mil recuerdos con la claridad que creía perdida.




-“Como estas flores marchitas se vuelven la vida, la belleza y lo que los humanos dicen amar. Nada importante permanece, todo caduca, todo llega a su fin”- con insensible resignación alguien alguna vez así le habló, a la vez que le entregara -como prueba inapelable de aquellos lúgubres pensamientos- un ramo deshojado de rosas blancas -aún perfumadas- unidas en lazo por la memoria de lo que había acabado al tiempo de nacer.



Con extraordinaria lucidez llegaron otra vez a sus oídos aquellas palabras prendidas de un abandonado ramo de rosas tirado sobre el empedrado, justo a la entrada de su refugio, hogar secreto en el que habita custodiando celosamente su propio anonimato.



¿Existen las casualidades o es el destino quien a veces se las ingenia para enviarnos precisas señales que nos ponen en jaque hasta nuestras más claras convicciones?

miércoles, 15 de junio de 2011

Capítulo 21: Un sutil aroma entre las sombras



Por lo que parece, la perseverancia de aquellos personajes molestos que vienen  acechando a Lady desde hace un tiempo no cesa pese a las advertencias que ella  no se ha privado de manifestar.


Primero con evasivas, luego sutilmente, más tarde en contundente forma explícita, sin dudas la reacción de Lady ha tenido fuertes repercusiones entre esos oportunistas que pretenden poner en evidencia la existencia real de esta misteriosa justiciera que cada vez más, deja de ser leyenda para ser considerada realidad innegable.


Pese, a que los cada vez menos delicados métodos de persuasión de nuestra dama, han hecho mermar el contingente de paparazzi caza-fortunas que venían invadiendo los suburbios, no son pocos los que aún persisten –y entorpecen- la sigilosa acción subrepticia de la felina justiciera, quien, amparada por las sombras de la noche, suele salir a acosar a los malvivientes.



De entre el numeroso grupo inicial que intentaba atrapar a Lady en plena concreción de alguno de sus operativos, han quedado en pie sólo el puñado de los más persistentes y osados.


Arriesgados y astutos se las ingenian para actuar solos o en grupos, con el único objetivo de ser ellos quienes logren mostrar al mundo las pruebas fehacientes de que Lady existe, es real, poderosa, justiciera y actúa según el código de su propia ética, ajena a cualquier especulación  o retribución personal que podría considerarse legítima -por lo menos dentro del marco  de la lógica que domina hoy el mundo, por la que todo se vende, todo tiene un precio, un costo y un beneficio-.



Acostumbrada ya a sortear multitud de imprevistos, Lady Dark no se deja intimidar por estos paparazzi insistentes, moscardones pegajosos que la persiguen como si de miel se tratara y, aunque no puede negar que retrasan sus movimientos, siempre se las ingenia para dejarlos atrás sin que exista riesgo real de ser acorralada.



Pero últimamente ha habido quien ha logrado inquietar bastante su afinado sentido de alerta. En varias oportunidades lo ha presentido muy cercano, sigiloso y muy precavido intentando no ser descubierto.



Se mantiene entre las sombras observándola desde lejos con la astucia suficiente como para mantener oculta su presencia, casi imperceptible, como la de un fantasma, solamente detectable por la agudeza de un instinto cazador como el de Lady, que se eriza al percibir en el aire el sutil aroma de un peligro que –por breves instantes- casi cree reconocer.

domingo, 12 de junio de 2011

Capítulo 20: Entre ella y los gatos


La muy íntima relación que Lady con todos los felinos viene, según ella misma cuenta, desde muy lejano tiempo, cuando ya pasada su primera etapa de entrenamiento guerrero en su tierra natal y luego de un encuentro fortuito que nuestra dama tuviera con un extraño hechicero, ella sintiera que algo muy especial surgió en su interior frente a la negra pantera que hacía de custodia y colaboradora de aquel mago de las sombras.

 Fue a causa de la ayuda desinteresada que en su momento le brindara la joven guerrera, que aquel brujo le quedara para siempre agradecido y a cambio de su generosa intervención, el extraño personaje se ofreció a interpretar para ella los astros que venían anticipando su singular destino y su privilegiada epopeya.


Fue increíble lo que le auguró. Pero pese a ello, se fue cumpliendo puntualmente su profecía…con excepción de ciertos detalles que aquel entendido en la adivinación y la magia decidiera conservar para sí.


 A partir de ese momento, luego que la entonces joven guerrera lo presintiera ante a aquel misterioso felino, su comunicación especial con cualquier gato que se cruzara en su camino determinó algún suceso importante a lo largo de su centenaria vida.

Fue un gato atigrado el que le avisara alguna vez que un inminente peligro se aproximaba. Fue un joven leopardo que surgió de la espesura quien la guiara para hallar la salida oculta en un laberinto encantado.


Fue un grupo de leones salvajes los que no la atacaron en el fondo de aquel foso donde fue arrojada como castigo por no someterse a un sanguinario rey. Fueron esos mismos leones los que, en cambio, destrozaron sin piedad al funesto canalla.

Fue un pequeño gato doméstico el que le comunicó que había llegado la hora de retirarse de las batallas


 …y continúan siendo los gatos –todo tipo de ellos- quienes siguen siendo aún hoy el nexo imprescindible entre ella y sus protegidos, entre ella y quienes merecen ser vengados.