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*todas las ilustraciones han sido editadas a partir de fotos halladas en la red.

*la historia es propiedad de la autora del blog y no puede ser reproducida



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miércoles, 8 de junio de 2011

Capítulo 18: De superhéroes y demás sandeces


Dada la notoria  y persistente moda que existe entre los más jóvenes en cuanto a consumir todo lo que tenga que ver con esos personajes de fantasía englobados bajo el término “superhéroes” de ficción, es lógico que al ponerse al tanto de los pormenores de lo que dan por supuesto, una persona tan especial como nuestra Lady se vea tentada por cuestionar a esos fantoches de mallas ajustadas y súper poderes.


Desde el vamos, apenas hojear una de esos “comics” tan superfluos e intrascendentes, ella no escatima en mostrar más de una sonrisa socarrona al comprobar la monotonía de los capítulos, donde el héroe siempre se muestra (o mejor dicho, se cubre) utilizando la misma vestimenta. ¡Pero por qué esa manía de aparecer siempre con el mismo ridículo trajecito, por favor!...ni que fuera por obligación de contrato!



¿No se les ocurre pensar que según sea la ocasión, el clima o hasta el ánimo de quien la usa, la ropa que se viste –aunque sea para llevar adelante una acción “heroica” no resulta adecuado que sea siempre igual? Además está el tema obvio de la higiene. ¿Tendrán suficientes mudas estos héroes de cuarta? ¿Se les secarán los uniformes cuando el clima no es propicio? ¿No se sentirán grotescos embutidos en esas mallas tan poco estéticas y sentadoras?



 ¿Será que gustan de hacer gala de su envestidura de superhéroes remarcando ante los demás su diferencia? Esas y otras elucubraciones asaltan la cabeza de nuestra felina dama, más que entendida en asuntos de persecuciones y ajusticiamientos.


Ni hablar cuando esos saltimbanquis andan de aquí para allá con su lustrosa capa ondeando al viento, dispuesta a engancharse en cualquier saliente que se cruce a su paso! ¿Es que no tienen en cuenta lo peligroso que eso resulta en medio de menesteres tan incómodos como perseguir malhechores o conducir a toda velocidad vehículos descapotados? ¿No saben el final trágico  de la alocada Isadora? (De haber tenido otra oportunidad ella le hubiese agradecido los sensatos consejos que Lady alguna vez le diera en cuanto a mantener sus largos chales dentro del automóvil!)






Y por favor…¿a qué desequilibrado mental se le ocurrió eso de hacerles usar la ropa interior por fuera de las ajustadas mallas?...¡el único justificativo lógico sería el hecho que, de esa manera, resultarían precisamente menos “reveladoras”!





Por todo esto -luego que las primeras sonrisas socarronas se diluyen tras haber hojeado alguna de estas revistitas-, siempre se le ocurre a Lady alguna reflexión final relacionada con el concepto mismo de heroicidad.




Tras siglos y siglos de acompañar a los mortales en su doloroso recorrido en el camino de la sobrevivencia, ella insiste en remarcar –aunque más no sea para sí- que no es “héroe” quien lleve capa o no tenga miedo. Todo lo contrario… los verdaderos héroes son aquellos seres comunes, que padeciendo lo que todos y sin tener súper poder alguno se plantan frente a la adversidad y consiguen -pese a sus propios temores e instinto de conservación- hacer valer derechos, enfrentar a los que destruyen, construir lo que ambicionan, defender la libertad y la nobleza, poniendo su granito de arena para que el mal no triunfe y los sueños alguna vez lleguen a ser realidad.







Esos son los verdaderos héroes, los de carne, hueso y mortalidad. Los que pese al cansancio y las complicaciones, continúan en su lucha cotidiana sin esperar recompensa ni reconocimiento entre sus pares, quienes –por su propia naturaleza- suelen ser tan desagradecidos y fatuos que simplemente ignoran a quien no sale corriendo por las calles vestido con mallas, capucha y capa, haciendo alarde de superioridad.

3 comentarios:

  1. En palabras más o menos recordadas de La Iliada, los dioses nos envidian pues nuestras vidas son finitas y yo añado y por eso somos los verdaderos dioses como tu misma apuntas.
    Un besote.

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  2. Hay en suerheroe en cada hombre que sueña su vida.
    Saludos y gracias por las visitas.

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