A veces Lady piensa que en su
naturaleza ha macerado una extraña mezcla de viejos rastros de sensible
humanidad, una férrea fuerza de superación espiritual adquirida a través de los
siglos y una pizca indeleble de
demoníaca perversidad. Todo ello moldeado con los ancestrales valores de ética
y entereza que fue mamando desde pequeña y que sobrevivieron en su interior
pese a las grandes adversidades vividas.
Esa sobrehumana condición a la
que ha arribado sin proponérselo, colocándola un peldaño por encima de los
simples mortales, le ha hecho perder la certeza de saber qué tipo de entidad resulta
ser efectivamente a estas alturas y, por consiguiente, qué clase de destino le
aguarda.
Alguna vez leyó durante sus años
de instrucción con los grandes magos y sabios de la antigüedad, que el destino
de ángeles y demonios suele mezclarse con el de los humanos, llegando incluso a
reproducirse unos con otros, derivando de esa mixtura seres excepcionales,
particularmente complejos, que no responden a las leyes naturales de ninguna especie
sino que constituyen en sí mismos una nueva raza, según sea la característica
predominante.
Pese a no quererlo considerar,
alguna vez la idea de ser una criatura evolucionada a partir de una mezcla no
exclusivamente humana cruza por su cabeza. En momentos de mayor depresión e
incertidumbre ha llegado a suponer que una parte suya quizás sea efectivamente
demoníaca y que esa sea la razón por la que reconoce paladear con placer la
oportunidad de dejar aflorar sus impulsos más despiadados.
El hecho que sea la búsqueda de
justicia la razón por la que llega a desbordarse no la tranquiliza demasiado.
Admite que podría ser algo menos drástica a la hora de ajusticiar a los impíos, pero
después, concluye que es la propia bestialidad humana la que le genera tanta
ira desatada, por lo que despeja su mente de cuestionamientos vanos y al final
retorna, sin culpa ni dudas, a su acostumbrado rol de justiciera solitaria y
silenciosa.
Si es humana en mayor o menor medida, seguramente lo confirmará o desmentirá el propio destino llegado el
punto en que sea conveniente.
Te felicito por retomar con Lady Dark y por las imagenes que incluís.
ResponderEliminarLa naturaleza de Lady Dark también puede haberse fusionado por el paso del tiempo, seguramente su existencia haya empezado con un idioma que ha cambiado mucho, en el paso del tiempo. Incluso tal vez sea una lengua muerta. Lo mismo con su nacionalidad de origen. Tal vez venga de un cultura de moral heroica, donde sus metodos justicieros son incuestionables. Muchas preguntas plantea este capítulo de Lady Dark.
Tal vez tenga algo más en común con Duality, cuyo padre no es humano.
Me alegra que te resulte interesante. Si ustedes no me acompañaran, no tendría el incentivo como para retomar y continuar.
EliminarLo que comentás sobre las similitudes entre Lady y Duality resulta ser producto de la pura casualidad, aclaro jeje ya que ni idea tengo de esos pormenores. Quizás la fuerza de los estereotipos esté mucho más arraigado en mi subconsciente de lo que imaginaba!
Veremos qué pasa de aquí en más en la historia. Ni idea tengo aún de cómo podrá derivar.
Un abrazo y gracias por acompañarme en todo lo que emprendo.
=)
Y, sin embargo, tan humana en el hecho de desconocer y temer su futuro y sufrir por sus momentos crueles.
ResponderEliminarEs cierto, en eso, sigue siendo muy humana.
EliminarGracias Ma Jesús por seguirme en esta aventura
=)
Virei fã da Lady Dark
ResponderEliminarGracias!
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